miércoles, 1 de julio de 2009

ZAMORA FOLK

Siempre es un placer volver a Zamora, donde tenemos grandes amigos y un público inmejorable. Esta vez gracias al Ayuntamiento de Zamora y de la mano de Pablo Madrid llegamos al escenario de la Universidad Laboral junto a Eliseo Parra y Molofolk además de diversas agrupaciones de música tradicional y danza.

Ya el domingo llegamos El Niñu y yo a Zamora con la intención de ver al Maestro Eliseo. Intento fallido. En todos los festivales de folk se suelen poner primero a los grupos más tradicionales y para acabar a los más folkis e incluso a los más folk-rockeros. Pues en Zamora es al revés pues lo que más triunfa entre el público es la música tradicional de tamborileros, gaiteros y dulzaineros. Decidieron hacerlo así después de que en una de las ediciones se quedaran veinte personas a ver a Flook. Sí que nos confiamos y llegamos justo cuando acababa de bajarse Eliseo del escenario. ¡Qué decepción!

Ahora viene el detallazo de la organización: al ver la cara de memos que se nos quedó a los dos vallarnos nos invitaron a cenar con Eliseo, su banda y los danzantes de Muelas del Pan. Os queremos.

Después, guiados por nuestro amigo y posadero Roberto de los "Wild Rovers" o Robertos Salvajes nos fuimos a dar un garbeo por las fiestas de Zamora. Mu rebién.

Al día siguiente llegaron Chuchi y Carlos y a tocar. Un público muy agradecido y un ambiente muy chulo. Lo mejor del concierto la colaboración de dos grandes músicos y mejores personas: Alberto Jambrina y Pablo Madrid. Se hicieron con nosotros el "Corrido del Tío Cerillas" que llevaban muy preparado. Alberto venía con unas cuantas voces preparadas y todo. Ver que dos musicazos así participan de nuestra música y demuestran tanto interés llega directo al alma. ¡Muchas gracias!




Ahí va un enlace al vídeo de Vallarna con Jambrina y Madrid:





Tras el concierto cena rica, rica con la organización y amigos y corriendo al Tribal, que tenímos sesión acordada junto a nuestros queridos Wild Rovers y llegábamos tardísimo. Siempre es un placer ir al tribal a tocar. Es un ambiente especial y un público diferente. Nos trataron de fábula y lo pasamos genial. ¡Ya somos tribalistas!

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