martes, 14 de julio de 2009

CANTABRIA INFINITA

¿Dónde lo dejamos? Ah, sí: salíamos de Palencia después de tocar en Las Noches de San Francisco. Una cañita y corriendo a San Vicente de la Barquera, Cantabria. Allí se celebraba por cuarto año conecutivo uno de los festivales de folk y música trdicional más grandes de la península, el Festival Folk Cantabria Infinita. Su objetivo en la primera edición era promocionar el turiamo en Cantabria y se suponía que sólo se iba a celebrar ese año, pero la respuesta del público fue muy buena y, acertadamente, decidieron darle continuidad. El festival crece año a año con un cartel de lujo por el que ha pasado gente como The Chieftains, Carlos Núñez, Kila, Dervish, Susana Seivane, Corquiéu, Kepa Junkera, etc.

Este año nos tocó a nosotros compartir cartel con los grandes, aunque, en escenario diferente, todo hay que decirlo. Sin embargo es un agran experiencia tocar en un festival de estas dimensiones y cómo no, tener acceso a los camerinos de los grandes gracias a ese gran invento que es la "acreditación".



Como iba diciendo, nos pusimos en camino con la esperanza de llegar a ver a la Bottine Souriante, pero era matemáticamente imposible, se nos había estropeado el condensador de fluzo del coche y al menos conseguimos llegar a ver a Balkan Beat Box, una mezcla de música electrónica y músicas balcánicas muy curiosa. Nos tomamos unos cacharros en la barra y a dormir que a las 9 de la mañana teníamos la prueba de sonido.

Os podéis imaginar que las 9 am no es la mejor hora para una prueba de sonido. Las cuerdas vocales no están todavía en su sitio y aquello fue una sucesión de carraspeos y gallos que la gente de la zona de acampada tuvo que sufrir. La frase pronunciada por Arturo tras proferir un gallo de libro "el gallo Quirico con tomate está más rico" al más puro estilo Gloria Fuertes fue muy recordada por los somnolientos campistas. Sea como fuere, el sonido quedó probado y nosotros libres hasta la hora del concierto que era a las 20:00 h. Ese tiempo lo invertimos en desayunar, dormir, comer, dormir, merendar y acercarnos a ver un rato a Maílla antes de salir a tocar nosotros.

A la hora convenida salimos al escenario y aún de día y con gafas de sol pues lo teníamos de cara lo cual es una sabia elección por parte del programador, todo el mundo sabe que es una regla de oro que antes que tener el sol de cara todo el público, es el sufrido musico el que debe apechugar y proveerse de la protección solar necesaria. Desde luego es preferible que la gente esté a gusto y se quede a escucharte.

Empezamos, como es ya una tradición, con "Experiencia Castellana km 90" seguida de "Con el agua de limón" y el prau se iba llenando poco a poco. Daba gusto ver a la gente sentada en la hierba cantando nuestras canciones y cada vez más animada. Poco a poco cada vez había más gente de pie y muchos amigos en primera fila.
Como podéis apreciar hay unos cuantos clásicos del folk peninsular...

Una vez más tuvimos la suerte de contar con la colaboración de Sergio Sordo a la gaita y de José L. Rodríguez Magadaleno al bodhrán, ambos del grupo cántabro Naheba. A los mandos Luis Carlos Santamaría sacando nuestro mejor sonido.
Después del concierto corriendo a la barra a abrevarnos y a ver los conciertos. En primer lugar Gwendal, luego Celtas Cortos que nos recibieron en su camerino, que SÍ estaba lleno de comida y bebida, con los brazos abiertos. Los Celtas, por cierto, dieron un conciertazo impresionante dejando claro que están en plena forma y que vuelven con un sonido más folki. Luego vimos a los Red Hot Chili Pipers y a la barra a tocar y pasar un buen rato acompañados de amigos, gente de la Casa de Galicia de Valladolid, etc. Sólo podemos decir que fue uno de esos post-conciertos memorables de los que es mejor no enseñar ciertas fotos...

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